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martes, marzo 28, 2006

A good grupie's job, Don Arturo style

Primer reto de Big Blogger. Como siempre, es un reto que pone a prueba mis habilidades de socializar con esa cosa rara llamada "gente". Había que fotografiar a estos personajes y tratar de no morir en el intento:

1.-Un hombre calvo y de lentes
2.-Una mujer en minifalda
3.-Una pareja de novios
4.-Un indigente/niño de la calle/viene-viene/ambulante
5.-Un anciano o anciana
6.-Chavos en uniforme de secundaria
7.-Tema libre

Y ahí voy. Empecé el jueves pasado a hacer la búsqueda de tan pintorezcos entes en dos puntos estratégicos: el centro de la ciudad (en donde se dan cita las personalidades más disparatadas de esta orbe) y el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (ídem). Claro, no fue cosa fácil: tengo una imposibilidad cuasi-biológica de socializar así de manera espontánea con cualquier persona desconocida. ¡Cuantas minifaldas no se me fueron así! ¡Cuántas fotos cagadas y fuera de lo común pasaron frente a mis pasivas narices! Verdaderamente sudé mucho, pues ante mi desfilaron muchísimas personas fotografiables, pero siempre "me daba pena". Les digo, parezco de rancho.

Afortunadamente, todo fue más rápido de lo que creí. Veamos.

1.- Hombre calvo y de lentes

No podía ver como carajos conseguir una foto de alguien calvo y justificarle que necesitaba precisamente una foto suya sin herir ninguna clase de suceptibilidad. Antes de encontrar al amable sociólogo que está posando en esta foto, desfilaron ante mi infinidad de burócratas y viejitos, todos lentudos y todos con muy poco o nulo cabello, pero que cargaban también de manera distintiva un rostro que ha sido nombrado como "de pocos amigos".

Este buen sociologazo es pachanguero y buen amigo, con el agravante de que no tiene cabello. Cuando le platiqué lo que estaba haciendo (pues le dije todo el rollo "tal cual es" del BB) me contó una anécdota bastante cura: "un día mi chica me dijo 'oye, ¿y si te pinto el cabello?', pero pues yo le tuve que constestar '¡morra, píntame cabello!'". Temo que nuestro buen amigo no ha aceptado el hecho de que su cabello ha decidido emigrar lejos de su cabeza.

2.-Mujer en minifalda

El calor ya pega, y las faldas cada vez en mayor cantidad empiezan a reptar por las piernas de sus orgullosas usuarias hasta ubicarse en alturas bastante indecibles y por demás sensuales. Si si si, todo eso y más, pero aquí a su penoso maese se le iban las cabras: justo cuando me estaba disponiendo a abordar a alguna chica con minifalda, acababa poniéndome colorado y corriendo en la dirección contraria. Como ven, nada chabacano.

Cuando vi a Betza (la que ilustra a esta parte del reto, otra amable y por demás guapa socióloga) andando como la ven, no hice mas que ponerme nervioso: en primer lugar por como iba toda ella, y en segundo lugar por que de repente ante mi mente pasó el suicida pensamiento de pedirle la foto. Y si, ahí voy: "Betza...este...yo...pues verás...estoy participando en un...pues...es un como...proyecto fotográfico...y...necesito pues...pues...tomar fotos de...ciertas personas que...pues que...reúnen ciertas características...¡y yo sé que va a sonar a pornografía pero nada de eso!...pero es que...bueh...necesito una foto de una chava con minifalda...y...pues...bueeeeeeeeeeeeh". Betza nomás se rió y accedió bastante gustosa al momento fotográfico.

Le agradecí el detallazo y procedimos a tomar nuestros asientos en clase...misma en la que no puse atención de lo asustado que aun estaba...les juro que ya se había terminado la clase, la veía y me seguía poniendo colorado. Naaaaaaaada chabacano.

3.-Una pareja de novios

La foto más fácil del planeta, tan fácil que hasta me di el placer de salir en ella e intimidar al novio con mis gestos. Ellos son una bella pareja de sociólogos que puebla con sus besitos, cariñitos y demás cursilerías los pasillos de la oficina del departamento de sociología de la UdeG. Esos son Jazo y Celeste.

Ahora que veo bien esa foto...pareciera de repente que le quiero bajar el novio a Celeste...¡ajem!

4.-Un indigente/niño de la calle/viene-viene/ambulante

Otra foto que me resultó fácil. Todos los días, casi todo el día, en la puerta número 1 del CUCSH (la que está justo en la glorieta de La Normal) se pone la buena Bero (si, con be grande) a vender colguijes, pulseras, aretes y demás accesorios para el niño, para la niña, para el joven y para la dama. También vende algunos poemarios de manufactura artesanal muy buenos y por supuesto todos los números de la revista Papalotzi, en la cual su maese Don Arturo salió publicado en el número 4.

Claro que aquí yo debo aclarar algo: ella no es Bero, sino su segundo al bat, la Paty, quien cuida el changarro mientras la titular va al baño, a comer o por los niños a la primaria de enfrente.

5.-Un anciano o anciana

También los viejitos me fueron un gremio bastante complicado. Cuando andaba por el centro, como es obvio, vi a montones de ellos, pero haciendo lo propio de los viejitos: leyendo el periódico con cara de ojetes, durmiendo con cara de ojetes, platicando con cara de ojetes o jugando damas con cara de ojetes. Llegué al CUCSH con los ánimos mas bien caídos, pues sabía que sería más difícil aun encontrar a un viejito por ahí. ¡Pero no!

Iba al baño cuando me encontré al viejito y sabio por excelencia: el maestro Concho, formador de generaciones y generaciones de licenciados en letras, admirado por muchísimos y con una fama muy comprobable de ser "el ajonjolí de todos los moles": ha participado en cortos, programas de televisión, revistas, libros, presentaciones, huelgas, etc. Cuando lo vi a lo lejos en el pasillo no dudé en pedirle la foto. Lo saludé y le pregunté si me recordaba, pues ya nos conocíamos de antes. "¡Cómo no! Tú eres el enamorado...", me contestó con su tono pausado y tranquilo (lo del "enamorado" luego se los cuento). Le conté en qué consistía la foto y para qué era y él, con su pausa tan característica, me dijo: "Bien...¿y en dónde le picamos a la cámara?". Algo así como que mucho rollo y poca acción, jovencito Arturo.

6.-Chavos en uniforme de secundaria

Esta es la única foto que tomé en el centro de la ciudad. Supuse que no sería tan difícil llegarle a los secundarianos pues siempre están puestos para la guasa y el desmadre. Y si, no fue difícil, el pedo fue encontrarles. Todos los días encontraba grandes grupos de secundarianas...y la verdad como que me daba pena, me sentía medio pederasta nomás de imaginarme el acto de abordarlas y pedirles una foto para un "proyecto en internet". ¡Si chucha, como no!

Buscaba un grupo mixto, y tampoco lo encontré. Andando por el centro hoy en la mañana había un montón de estudiantes uniformados pues eran acarreados para un acto que iba a ser encabezado por el gobernador del estado. Me topé con unas normalistas, ya más entradas en años y con muy bonitos uniformes, pero me mandaron a la goma con todo y cámara y letrerito. Luego me encontré a otro grupo de normalistas, sólo que ahora eran de la Normal de Educadoras, y también: a la tiznada. Harto y encabronado de ser bateado por colegiadas, opté por la salida fácil: un grupo de patanazos adolescentes provenientes del CECYTEJ (algo así como una secundaria técnica aquí en Jalisco) quienes prometieron buscarme luego para "pasar a recoger su sexy-calendario". Virgen santa.

7.-Foto libre: mi hermana al rescate

Ser una hermana así o tener una hermana así es un privilegio que se debe apreciar y agradecer todos los días. El viernes cuando llegué a casa le comenté profundamente agüitado "mana, no encontré a ningún secundariano y todas las situaciones chidas para la extra se me fueron por penoso". Supongo que eso se le quedó muy grabado, puesto que hoy, a eso de las 10 de la mañana, me manda un mensaje multimedia con la foto que ahí ven diciendo: "No conseguí secundarianos, ¿pero todavía te falta la 7a foto? ¡Espero que ya no! Besos chulo". ¿A poco no es un amor mi hermana? Ahí anda sacándome de apuros bigbloggericos...¡snif!

Y 'ora si, esto me empieza a oler a reto superado, ¡jua!

viernes, marzo 17, 2006

Hace tres años

Hace 3 años, más o menos a estas horas, estaba cenando tacos de bisteck y de chorizo con mi tía Araceli, en el puesto de Don Beto. Acabábamos de regresar del lugar en donde se estaba velando a mi abuelita, Doña Julia. A mi tía siempre le había gustado llegar a cenar a ese puesto. Cada que venía de Aguascalientes, era de ley que al menos una noche tenía que caerle al puesto y ponerse la empacada de su vida. Esa noche no fue la excepción, ella pidió 8 tacos, si mal no recuerdo. Yo solo 3, no tenía nada de hambre.

Después de la escala gastronómica, tía y sobrino prosiguieron hasta la casa del segundo. Veníamos muy callados, como que aun sin creer que Doña Julia había muerto. Abrí la puerta, entré al baño, ella se lavó los dientes y nos sentamos un momento en la sala. Después de otro rato en silencio, agarró su bolsa, sacó una cajetilla de cigarros y un encendedor y salió al patio. Yo fui tras de ella y le pedí uno. Eran Viceroy rojos. Entre humo y cenizas empezamos a recordar a mi abuela: sus risas, sus gestos, sus canciones, su fino sentido del humor. También hablamos de lo increíble que parecía su ausencia.

Se terminó su cigarro y se metió a la casa ya a dormir. Yo le pedí otro, me iba a quedar un rato afuera. Al final me dejó la cajetilla entera. No sé cuantos más me fumé esa noche. Me metí hasta bien entrada la madrugada. Estuve pensando mucho, en todo lo que le había dicho a Doña Julia en su lecho de muerte (que fue en la re puta sala de emergencias del hospital del ISSSTE) y del miedo que me daba pensar que ya no iba a estar ahí. Miraba al cielo...luego al suelo...luego al cigarro.

Pensaba en ratos que era un cobarde por que no me quise quedar en el velatorio, en otros tantos pensaba que había sido muy sensato de mi parte el haberme ido: necesitaba descansar, llevaba varias noches en vela cuidando a mi abuelita. Además pensaba que ahí, en ese cajón, no estaba mi abuela en verdad. Se veía como Doña Julia, pero no era ella. Le faltaba el brillo de sus chapetes y el jugueteo de sus ojos verdes.

Creo que eran las dos o tres de la mañana cuando me metí. Hacía mucho viento y ya no aguantaba el frío. Me puse la pijama y me metí a la cama...pensando que a la mañana siguiente vería por última vez el rostro de alguien que, en vida, fue mi abuela...mi muy querida abuela.

domingo, marzo 12, 2006

Pequeña disertación nocturna

Déjenme iniciar con una hipótesis por demás lapidaria: el problema de la sociedad moderna no es saber quien ha tirado la primera piedra, sino encontrar la forma de regresarla y así empezar con el lanzamiento indiscriminado de rocas, botes, bolsas con agua y pañales sucios.

Yendo atrás en la historia, podemos ver esta lógica en hechos tan absurdos como los misiles balísticos ("tenemos armas nucleares que nos defenderán de sus armas nucleares de defensa", argumentaban soviéticos y estadounidenses), el terrorismo de Estado (desde el mcarthismo hasta el holocausto nazi) y las famosas guerras santas (de las cuales nosotros tuvimos la nuestra muy particular allá por los 1920's). Es verdaderamente absurdo ver como todo el afán del hombre se aboca a construir su destrucción defendiéndose de enemigos imaginarios a veces, absurdos en otras.

¿Pero quién soy yo para intentar cambiar o siquiera cuestionar esta cochina y retorcida naturaleza humana? Supongo que lo mejor que puedo hacer es no involucrarme en el arrojadero de piedras y, como bien recomendó alguna vez Michel Maffesoli, reducirme a hacer mis tareas y a contestar mis exámenes. A fin de cuentas, eso no lo hace daño a nadie (o al menos no a muchas personas a la vez).