Servicio Social

"Si no te comes tus verduras, te vas a ver como Don Arturo"

El acento de Don Arturo

Dicen que dos o más personas no se pueden equivocar al mismo tiempo. Claro, esto es sólo un dicho, pero empieza a tomar tonos insospechadamente terroríficos de un tiempo para acá, cuando a la gente que me rodea le dio por opinar sobre mi acento.

Las veces que he ido al DF o que me topado con poblanos (que son como los chilangos en cuestión de acento, pero a la pinchesmil potencia), mis interlocutores me hicieron ver que tengo mi acento "cantadito", típico de todo buen tapatío. No había tenido muchas dificultades, pues, con el capitalino promedio, hasta que me topé con Salvador Leal.

Todos conocemos a Salvador Leal. ¿No? Entonces córrele a su blog e investiga sobre su vida, aquí te espero. ¿Ya? Ok. Habrás descubierto, caro lector, que el señor Leal es chilango hasta las cachas, de esos que se precian de serlo. Bien. Salvador Leal también es un geek (lo siento hermano, pero alguien tiene que decirlo), y para ir con la moda, se consiguió unas llamaditas en el skype. Pues bien, como no hallaba a un cuate de provincia más que a mi, pues decidió que conmigo podía calar el sistema de llamadas telefónicas por computadora. Y lo hizo. Platicamos un minutito y yo alcancé a notar su acento chilango. Hasta ahí bien. El problema surgió cuando, en el messenger, el señor Leal dice algo así como "Don Arturo, usted es chilango de closet...¡ya habla como uno!". ¡¿QUÉ QUÉ?!

Rápidamente recordé un espisodio similar vivido en Zacatecas hace varios días atrás. Era el único representante de Guadalajara presente en el Foro de la LIE. Esto le valió un reverendo cacahuate a la gente de organización y logística: "Buenos días maestro (y encima me cuelgan títulos que ni me van), ¿de qué unidad del DF nos visita?" ¿DEL QUÉ? "Pues es que, no se me ofenda, pero habla como capitalino". ¡Llévame la chiflada!

¡Y no, caro lector! ¡El desastre no termina ahí! En el mismo Foro, cometí el error de pachangueármela de los acentos de los compañeros venidos del norte, cuando en esas que Bere, la de Parral, Chihuahua, dice con toda esa broncudez que la caracteriza a ella y en general a todos en el norte "¿Y tú qué? ¡Hablas como chilango reprimido!" ¡EL HORROR! ¡Ahora resulta que hasta reprimido resulté!

Estoy a punto de condenarme al ostracismo y el silencio ominoso por culpa de mi acento...la vida no vale nada.

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Estuve en Zacatecas a principios de esta semana. Les juro que nunca en las tres veces que he estado allá me ha costado tanto regresarme, y no lo digo precisamente por el camino u otra cuestión de logística. Lo digo por lo que dejaba tras de mi.

Resulta que fue el Foro Nacional de la LIE, y pues me tocó ir como ponente por la UPN Guadalajara. Hasta ahí todo bien. Mi expectativa era sólo esa: exponer, entrar a conferencias, medio platicar por ahí con alguien. Nada más. Menuda sorpresa me llevaría al ver aquel lugar retacado de personas con intereses y perspectivas similares, y con los que, sobretodo, pude forjar rápidamente una amistad.

Durante los días que estuve allá pude conocer tantos puntos de vista...tantas personas. Fue muy enriquecedor platicar sobre las perspectivas de la carrera con alguien que no fuera de la escuela. Además, claro está, el desmadre. Que buen desmadre se armó.

He comentado con varias personas aquí en Guadalajara que es un ambiente muy distinto el vivido en este encuentro de la LIE con respecto a los de Sociología. Cuando fui al DF al latinoamericano de Sociología, recuerdo que había mucha pose intelectual y cero acercamiento a personas que vinieran de otros lados, y si existía este acercamiento, sería para discutir posiciones que, en lo personal, considero dogmáticas. En Zacatecas nada de esto vi. A pesar de ser una carrera nueva, hay cierto espíritu de cohesión entre los que la estudiamos, tenemos las mismas inquietudes y hemos podido observar casi los mismos problemas. Lo interesante también fue que hubo el diálogo para empezar a resolver estas cuestiones.

De Zacatecas me traje el gusto de haber sido ponente en un ambiente desconocido, la experiencia de conocer nuevas perspectivas educativas y el gustazo de haber conocido a tanta tanta gente. Mis saludos desde este rincón del mundo a Alejandra, Bere, Beto, Mao, Alma, José y Yurixi, la buena banda con la que más cotorree en los otrora dominios de mi General Villa.