Image Hosted by ImageShack.us

sábado, enero 01, 2005

El año que se fue

El dolor en el brazo ya cedió, y como ya había amenazado, heme aquí para postearles mi retrospección, como fue que el 2004 pintó en estos feudos chozachuequeros.

No puedo definir cualitativamente mi año en términos fríos como "bueno" o "malo", digamos que fue el 2004 uno de esos años que no se olvidan. Un parteaguas. Hubo de todo, como me gusta, y hubo para todo. En si, no me puedo quejar.

El año me empezó con nubarrones, no fue hasta por ahí de Abril que me empezó a agarrar color. Recuerdo que aquel primer trimestre del año estuvo cabrón: me dejó la novia de ya bastante tiempo (Vero, también conocida por las mujeres de mi hogar como "La Infausta"), y casi de manera inmediata me viene una hepatitis color esperanza (recordemos que ahora el amarillo es el color de la ejperanja). De hecho, y si se me permite decirlo, esa hepatitis me ayudó mucho a revalorarme como persona. El hecho de que me haya dado lo atribuyo a la depresión en la que caí después de terminar con Verónica, pero indudablemente haberme enfermado me ayudó a revalorar las cosas y a ubicarme en una posición en la que sólo podía preocuparme por mi y por nadie más, por que así debía de ser. Esos meses en los que estuve amarillo (tres, más o menos) fueron bastante aleccionadores.

Otra experiencia agradable del año pasado fue el Servicio Militar. Al principio me quejé y buscaba cualquier medio para dejarlo...al último, ya no lo quería dejar. Conocí a muchas personas a las que ya puedo decirles amigos, y en muchos de los casos colaboré para que tanto ellos como yo fuéramos mejores. La rutina de cada sábado no tenía sabor a eso, a rutina, sino a gusto y cotorreo. (Ya extraño los lonches de doña Marys, la que alimentaba a todo el grueso del batallón, snif)

El año que terminó me permitió viajar mucho y conocer lugares a los cuales ya les traía ganas desde hace mucho rato. Primero se me permitió volver a la tierra de mi padre, Mexticacán, tres veces a lo largo del año. De igual manera, Aguascalientes me padeció bastante, ya casi me siento de allá. Y que decir de Puerto Vallarta, cada que regresó está más bello. Luego están los nuevos lugares y sus respectivas experiencias: el DF, con toda su inmensidad, al que primero conocí con el ritmo familiar y luego con el cotorreo de los amigos, Guanajuato, que no cabe en la mirada de tan bello, los estados de Hidalgo y el de México y todos los pueblos mágicos enclavados en el llano o en la sierra jalisciense.

Los viajes, ya sean los propios o los ajenos, me acercaron a mucha gente, y me permitieron conocer y poner rostro y voz a los amigos a los cuales solo conocía en la frialdad de las letras de la pc. Así, en visita recíproca tuve el gusto de ver dos veces al TT en este año, a Anabel, quien en su segunda visita trajó a Axel consigo, a Araceli, amiga de tantos años, y a la banda de Guanatos, claro, en donde debo mencionar a Homero & Co., al Dr. K, a Paulinita y a Aleks.

Luego están los amigos de la escuela. La Esquina Ruda (Daniel, Ray, Luis, Jazo y yo), Cristina, Anibal, Nora, Cecilia y toda la banda sociológica. Con ellos celebré victorias, como aquella ponencia que nos puso a Jazo y a mi en la palestra de la ciencia sociológica, y pasamos preocupaciones, como cuando nos amedrentaron por andar defendiendo y promoviendo a la Asamblea de Sociología. Con ellos he discutido y teorizado y peleado y hecho frente común contra maestros sacados del contexto. Esos son mis amigos ahora.

Al momento de empezar este año, me encuentro bien, estable y saludable. Mi barba está creciendo más y mejor y eso me tiene orgulloso. De igual manera, he decidido dejarme el cabello crecer. Voy a cambiar el armazón de mis lentes y ya me compré unos nuevos zapatos de gamuza beige. Espero volver a viajar, por lo pronto, ya está agendada una nueva visita a Aguascalientes en ocho días y otra en Mayo, en la que esperamos tanto Jazo como yo, irnos al Congreso Nacional de Sociología en calidad de ponentes. Hay otro plan más ambicioso, uno más complejo, pero ese no se los cuento por que se me sala.

Este año también pinta difícil, pues ya van a remodelar mi casa, e implica una serie de situaciones bastante complejas que vayan ustedes a saber como le haremos para salir adelante de ellas. Voy a llegar a la mitad de la carrera de Sociología y empezaré a consolidarme ya por fin, espero, a la UPN, en donde estoy por iniciar el segundo semestre.

Llego a este año sin novia, y ni falta que me hace. No me he prometido dejar de fumar por que sé que no lo haré. Si me he puesto la meta de ponerme a hacer más ejercicio, así que quizás me inscriba a la alberca olímpica de nueva cuenta.

Pero esos ya son planes, planes que de una manera u otra, nacen gracias a los hechos y sucesos de un año que ya murió.

1 Comments:

At 10:44 a. m., enero 03, 2005, Blogger gabo said...

Siempre es bueno mirar atrás y hacer un resumen.

Venturoso 2005 Don Arturo.

 

Publicar un comentario

<< Home